Emisiones de gases de efecto invernadero pre y post Covid-19

por carlos
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Se ha hablado que uno de los efectos de la pandemia COVID-19 debido a la baja en la producción y consumo mundial, es la oportunidad de darle un respiro al planeta respecto de nuestra irresponsable visión ilimitada de recursos. Uno de los efectos esperados es la disminución en emisión de los gases efecto invernadero (GEI) o, en otras palabras, que contaminemos menos en la atmósfera.

MSc Paulo Moreno, investigador residente del Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia

Se ha hablado que uno de los efectos de la pandemia COVID-19 debido a la baja en la producción y consumo mundial, es la oportunidad de darle un respiro al planeta respecto de nuestra irresponsable visión ilimitada de recursos. Uno de los efectos esperados es la disminución en emisión de los gases efecto invernadero (GEI) o, en otras palabras, que contaminemos menos en la atmósfera. Estos gases al estar más concentrados en la atmósfera generan una capa más espesa, que sería como colocar un nylon de invernadero sobre el planeta, provocando que la radiación del sol que rebota en la superficie de la tierra no pueda escapar al espacio, y así aumenté la temperatura. Este aumento genera cambios globales ya sea en el clima, corrientes oceánicas, productividad, pérdida de especies, etc.

Para entender los efectos de la pandemia en los GEI es necesario revisar lo que sucedió anteriormente con información cuantitativa. El principal GEI es el CO2 o dióxido de carbono (~78% del total de GEI)[1], que se emite principalmente por la combustión de petróleo. La concentración de este gas en la atmósfera en 1960 era de ~315 partes por millón, aumentando en forma lineal a ~410 partes por millón en 2019, lo que equivale a un 30%[2]. Por este aumento en la concentración de GEI fue que en la cumbre de la tierra de las Naciones Unidas en 1992 ya se hablaba que se debían tomar medidas para reducir estas emisiones a nivel país. Posteriormente, apareció el protocolo de Kyoto y diferentes acuerdos gubernamentales que se gestionan en las COPs o conferencias de las partes que se realizan anualmente, la última COP (25) fue la de Chile que se hizo en España.

Respecto a la pregunta si estos acuerdos han tenido un efecto, la respuesta es sí, se estima que la humanidad estaría emitiendo ~3 GtCO2e anuales1 más de lo que actualmente contamina (53 GtCO2e1), baja provocada por cambio tecnológico principalmente. Respecto a la pregunta si esta disminución es trascedente, la respuesta es un categórico no. Si revisamos las emisiones de GEI desde 1992 a la fecha, podemos afirmar que cada año la humanidad contaminaba más que el año anterior, con la única excepción del año 2010 post efecto de la crisis “subprime” en USA, con una disminución de ~1 GtCO2e1, respecto del año 2009. Por lo tanto, podemos afirmar que hay precedentes respecto a crisis financieras y reducción de GEI, pero este efecto fue muy bajo si consideramos que ese año 2010 el mundo contaminó ~48 GtCO2e1

Anteriormente hemos revisado el concepto de Gases efecto invernadero (GEI), las emisiones actuales y concentración de GEI y los efectos de las políticas globales y crisis financieras en estas emisiones. Para entender los efectos positivos que podría provocar esta pandemia en la reducción de emisiones es necesario revisar las tendencias de los principales países contaminantes.

Estados Unidos la principal economía contaminante del planeta no hace mucho, desde 1970 al 2017 ha mostrado una emisión constante, algo sobre las 6 GtCO2e[3] anuales. La Unión Europea en el mismo plazo ha disminuido sus emisiones de ~6 a 4.5 GtCO2e1 anuales. India ha aumentado sus emisiones de ~0.8 a 3.1 GtCO2e1 anuales. Rusia en 1990 emitía ~3 GtCO2e1 anuales, bajando en la actualidad a ~2 GtCO2e1 anuales, que es la tercera parte de lo emitido por USA. Pero el caso más dramático es lo que acontece con China, que en 1970 emitía ~2 GtCO2e1 anuales y en el 2017 el país oriental alcanzaba más de ~13 GtCO2e1 anuales, lo que es un aumento jamás visto en la historia de la humanidad, siendo el principal responsable del aumento de emisiones que vemos cada año.

Un estudio realizado por la consultora Carbon Brief[4] señala que los primeros efectos del COVID-19 en el principal país contaminante del planeta es la reducción de un 25% en las emisiones de GEI, producto de la baja demanda de electricidad, energía que se produce mayormente a través de carbón en ese país. También ha bajado la producción en las refinerías y en la producción de acero, existiendo un sobre stock de este producto actualmente. El informe señala que la disminución de GEI es notoria, pero que los efectos positivos ambientales podrían disminuir o revertirse en función del grado de recuperación del país y de las políticas gubernamentales que se lleven a cabo.

Los científicos mundiales han clamado a los gobernantes que la temperatura mundial en promedio no debería subir más de 1.5°C respecto del año 1990, para lograr ese objetivo deberíamos bajar las emisiones a 24 GtCO2e1 al año 2030, actualmente contaminamos 53 GtCO2e1 anuales y la tendencia al 2030, si no cambian las condiciones actuales, es que lleguemos a las 59 GtCO2e1 anuales, con un escenario impredecible climáticamente.

En resumen, los efectos del COVID-19 serán pasajeros sino aprovechamos de hacer un cambio al sistema actual de producción ilimitada de recursos. Si no hay cambios, esta baja en la emisión de GEI por efectos del COVID-19 será un pequeño respiro en el empinado cerro que estamos subiendo.

[1] Reporte de las Naciones Unidas del GAP de emisiones, IPCC side event, COP 24

[2] Mediciones del laboratorio Mauna Loa del NOAA

[3] Reporte de las Naciones Unidas del GAP de emisiones, IPCC side event, COP 24

[4] https://www.carbonbrief.org/analysis-coronavirus-has-temporarily-reduced-chinas-co2-emissions-by-a-quarter

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