La inteligencia artificial (IA) es una rama de la informática que se dedica al desarrollo de algoritmos y sistemas que imitan la inteligencia humana y que tiene múltiples aplicaciones en distintas áreas de la ciencia y la vida cotidiana. La IA permite a las máquinas de cómputo, como computadoras, realizar tareas que normalmente están asociadas al ingenio humano, como el aprendizaje, el razonamiento, la percepción y la capacidad de comprender el lenguaje. En el campo de la meteorología, la IA se está convirtiendo en una herramienta importante en la prevención y mitigación de los efectos de las olas de calor. A medida que el cambio climático aumenta, la frecuencia y gravedad de este tipo de eventos meteorológicos extremos también se incrementa. Por este motivo, resulta esencial contar con tecnologías avanzadas, como la IA, para proteger a las comunidades más vulnerables.
Diversos estudios nos indican el impacto negativo que tienen las olas de calor en determinados grupos de la población, como los adultos mayores. Es el caso del artículo “Ola de Calor y Mortalidad de Ancianos: Análisis Histórico y Proyección Futura para la Región Metropolitana de São Paulo, Brasil” del 2020, donde analiza el efecto de las olas de calor en la mortalidad en ancianos. El estudio concluye que las olas de calor están asociadas con un aumento significativo en la mortalidad en la tercera edad. De acuerdo a esto, pronostica que el número de muertes en ancianos podría aumentar significativamente en el futuro debido al efecto conjunto de incremento de las olas de calor, asociado al cambio climático, y al envejecimiento de la población.
Por estos motivos, existe un creciente interés de la comunidad científica en abordar esta problemática, generando herramientas innovadoras que ayuden a reducir sus impactos. Dentro de las áreas de investigación con IA se destaca la predicción meteorológica, control de temperatura en edificios, monitoreo de la salud de las personas y la planificación urbana. En la predicción meteorológica, la IA puede analizar datos climáticos y meteorológicos para anticipar con mayor precisión las olas de calor y permitir a las autoridades tomar medidas preventivas. En cuanto al control de la temperatura en edificios, se puede optimizar el uso de la energía en sistemas de climatización para reducir el calor en las áreas urbanas. Los sistemas de aprendizaje de máquina también están siendo utilizados para monitoreo de la salud humana, al detectar patrones de enfermedad relacionados con el calor e identificar poblaciones vulnerables, lo que permite a las autoridades tomar medidas para proteger a las personas. Por último y no menos importante está la planificación urbana, en donde la IA se puede emplear para ayudar a los planificadores urbanos a diseñar ciudades más sostenibles, como la creación de parques y áreas verdes para reducir la temperatura urbana y la creación de edificios más eficientes en el empleo de la energía.
Ejemplos del uso de la IA frente a las olas de calor podemos encontrar en el mundo y también en Chile. En Singapur, la inteligencia artificial está siendo empleada para planificar la ciudad con el objetivo de reducir el riesgo de olas de calor. En esta ciudad se ha desarrollado un sistema con inteligencia artificial llamado “Cooling Singapore” que usa datos meteorológicos, de salud y de energía para optimizar la climatización de edificios públicos y privados, y reducir la temperatura en las áreas urbanas. El sistema también utiliza información de salud para identificar a las personas más vulnerables al calor y brindarles una mayor protección. En el caso de Chile se está buscando implementar, técnicas de IA para analizar imágenes de cámaras de vigilancia en tiempo real. Se espera que a partir del análisis automatizado mediante una IA, detectar anomalías térmicas o de humo, generando con ello una alerta temprana frente a un foco de incendio.
En resumen, la IA está proporcionando a los responsables de la toma de decisiones y los mismos habitantes, las herramientas necesarias para protegerse de las olas de calor. Sin embargo, es importante señalar que la IA no es una solución mágica para el cambio climático y la disminución de la vulnerabilidad frente a este tipo de eventos extremos, sino una herramienta que permite mejoras en la planificación de escenarios, predecir eventos y aportar con medidas que ayuden a enfrentar los cambios en un contexto de crisis climática. En este sentido, es necesario tomar medidas concretas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, adaptarse al cambio climático en curso y proveer de especialistas y recursos para abordar esta problemática. Es imperativo que el Estado y el sector privado inviertan en IA en sus procesos, análisis de datos y planificación en los territorios, como también es necesario comprender que para un problema multidimensional se debe articular equipos transdisciplinarios para abordar este tipo de desafíos.