Tortel, Cochrane, Puerto Guadal y Puerto Río Tranquilo son las localidades que se han visitado, en el marco de las actividades que desarrolla la iniciativa, para difundir en las comunidades la existencia de la reserva de la biósfera en la región, y al mismo tiempo identificar de manera participativa las iniciativas emblemáticas que se están realizando en el territorio de la reserva.
Socializar la existencia de la Reserva de la Biósfera Laguna San Rafael y el Guayaneco (LSR-G) con las comunidades, además de identificar las iniciativas emblemáticas que se desarrolla en dicho territorio, son parte de las acciones que ejecuta el equipo del proyecto FIC “Estudio de la resiliencia, sustentabilidad y valorización de la Reserva de la Biósfera LSR-G” en el sur de la región.
La iniciativa, liderada por el investigador del Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP), Fabien Bourlon, contempla dentro de sus ámbitos de acción, la realización de talleres y levantamientos participativos, que los han llevado a recorrer las comunas de Tortel y Cochrane, así como también, las localidades de Puerto Guadal y Puerto Río Tranquilo.
En las distintas localidades, el proyecto ha realizado encuentros con actores de las comunidades, dando a conocer la existencia de la Reserva de la Biósfera LSR-G (decretada el año 1979 por la UNESCO y ampliada en sus límites el año 2018) así como también, socializando las principales características de esta denominación, las zonas que contempla y su delimitación territorial. “La idea de estar en terreno en el marco de la puesta en valor de la Reserva de Biósfera Laguna San Rafael y el Guayeneco, tiene como objetivo generar conciencia dentro de las comunidades de la existencia de esta reserva, que es un reconocimiento internacional, es uno de los 748 lugares del planeta que han sido reconocidos por la UNESCO como relevantes, entonces si podemos difundir y dar a conocer ese patrimonio, podremos posicionar mejor las actividades sociales, culturales y productivas de la región de Aysén en general”, señala Fabien Bourlon.
El proyecto, ejecutado por CIEP, gracias al financiamiento otorgado por el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de Aysén, busca además hacer una revisión de la línea base que determinó la actual delimitación territorial de la reserva, labor que está siendo desarrollada en colaboración con la Estación Patagonia de la Universidad Católica (una de las entidades asociadas para la ejecución de la iniciativa); la instalación y activación del Comité de
Gestión de la Reserva, que ya ha iniciado su proceso de formalización, además de geolocalizar hitos patrimoniales y la puesta en valor de iniciativas colectivas que se están desarrollando en las distintas localidades que forman parte de la reserva.
En la localidad de Puerto Guadal, Marcela Ríos, integrante de la Asociación de Guías de Turismo de la Patagonia destacó la posibilidad de conocer las implicancias y las potencialidades de habitar en el territorio de la reserva. “Bueno, para nosotros como asociación es muy importante todas estas iniciativas ya sean de educación y transmisión de información para el territorio, así que siempre estamos atentos a esta clase de talleres. Para nosotros, obviamente, la reserva la biósfera en Aysén es un plus para nuestra región, es un plus para los habitantes que estamos trabajando en el territorio”.
Por su parte, Andrés Muñoz guía de turismo aventura de Puerto Río Tranquilo valoró la posibilidad de acceder a un espacio de conversación en torno a la reserva de la biósfera y sobre todo poder conocer mejor el patrimonio geológico de la localidad. “La verdad es que estos temas son súper importantes acá para las actividades turísticas como Capillas de Mármol, Glaciar Exploradores, San Rafael, entonces son temas que uno de por sí ya les enseña a los pasajeros, entonces de que vengan personas especializadas en el tema de enseñarnos a nosotros es mucho más importante también para ir mejorando cosas”, señaló Muñoz.
En Cochrane en tanto, Katherine de las Nieves, miembro de Nols Patagonia, destacó la posibilidad de construir comunidad a través de este tipo de iniciativas. “Me encanta que estemos trabajando para construir más comunidad, para involucrar a la comunidad en lo que se viene en el futuro, un turismo más sustentable, que se creen instancias donde todos participemos. Me sentí muy atraída de venir a escuchar, la mejor forma de que estas iniciativas avancen es que se involucre a la comunidad, que se genere identidad cultural con el concepto, que estemos asociados con la idea y que la hagamos nuestra” destacó.
Finalmente, Fabien Bourlon señaló que a través del recorrido por las localidades han logrado visualizar interés de las distintas comunidades respecto de la reserva de la biósfera. “Hemos podido percibir un gran interés por parte de actores de la sociedad civil, empresarios, emprendedores, artesanos, prestadores de servicios turísticos, por este concepto que es reconocido internacionalmente, porque al ser habitantes de una reserva de biósfera o tener una actividad productiva o de servicio dentro de la reserva, este cobra más valor y más interés para el visitante, entonces, si bien todavía se conoce poco el concepto, todos entienden que ser parte de una reserva de biósfera puede traer ventajas, tanto como un lugar para el bienestar, para vivir mejor, donde el ser humano tiene una mejor relación con su entorno, o para actividades productivas que sean destacadas”, puntualizó el investigador.
Reserva de Biósfera Laguna San Rafael y el Guayaneco
La región de Aysén cuenta desde el año 1979 con una Reserva de Biósfera, designación emitida por la UNESCO a través del programa intergubernamental MAB, siendo un estatus reconocido internacionalmente. Las reservas de biósfera cuentan con ecosistemas terrestres, marinos y costeros y son lugares de aprendizaje para el desarrollo sostenible, donde se intentan aplicar enfoques interdisciplinarios que permitan entender y gestionar los cambios y las interacciones que
se producen entre los sistemas sociales y ecológicos. De esta manera, cada sitio propone distintas soluciones para conciliar la conservación de la biodiversidad con un uso sostenible.
La Reserva de Biósfera Laguna San Rafael y el Guayaneco, es una de las diez con las que cuenta el país (748 a nivel mundial) con una superficie total de 1.784 hectáreas en su zona núcleo y un total de 5.130. 462 hectáreas considerando sus zonas de amortiguación y transición, las que incluyen franjas del territorio de las comunas de Tortel, Cochrane, Chile Chico, Río Ibáñez y Aysén.