Investigación busca dar respuesta a la importancia de la carnada chorito para la pesca de jaiba marmola y estudiar alternativas tecnológicas para la restauración de bancos naturales de choritos, junto a una evaluación social del uso de este recurso.
Diversas actividades en terreno se desarrollaron en las últimas semanas en el fiordo Puyuhuapi y canal Moraleda (playas largas) de la región de Aysén en el contexto de un proyecto semilla, financiado por el programa PATSER que lleva adelante el Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP), titulado: “Impacto de la explotación de los bancos naturales de mitílidos por la pesquería de jaiba marmola en la Patagonia centro-occidental, y evaluación de medidas de restauración por medio de la tecnología Biorock”, liderado por la investigadora Bárbara Jacob y el investigador Gustavo Aedo del mismo centro.
El proyecto consta de dos fases, la primera tiene como objetivo cuantificar los impactos de la extracción de la especie Mytilus chilensis (chorito) como carnada para la pesquería de crustáceos, por medio de indicadores asociados a la dinámica poblacional de esta especie, junto a una modelación socio ecológica que describa el comportamiento humano y su impacto en este importante recurso que ha sido declarado objeto de conservación.
La segunda, tiene como objetivo realizar un piloto experimental usando tecnología de regeneración marina llamada “Biorock”, permitiendo proyectar soluciones a problemas ecológicos locales en ecosistemas de fiordos altamente intervenidos por las actividades del ser humano. La oceanógrafa Bárbara Jacob señala “su funcionamiento se basa en el hecho de que toda la vida genera electricidad y, por lo tanto, es la electricidad un medio que puede ayudar a regenerar vida. De esta forma, se espera generar un primer proyecto piloto inédito en Chile que pretende evaluar su potencial, no solo para la regeneración y restauración de bancos naturales de choritos, sino también, de otras especies claves”.
Durante noviembre del 2022, un equipo de este proyecto se desplazó al área marina de la comuna de Aysén para llevar a cabo la primera etapa, específicamente en los sectores de Playas Largas, Isla Costa e Isla Pilcomayo, todos ubicados en el Canal Moraleda. Entre las actividades desarrolladas estuvieron la aplicación de entrevistas a pescadores artesanales que desarrollan la extracción de jaiba marmola con trampas, quienes utilizan como carnada el mitílido chorito; dentro de la misma campaña se realizó el muestreo de bancos naturales de esta especie. El investigador Gustavo Aedo, a cargo de la primera etapa del proyecto, comenta que, “de las entrevistas hasta ahora realizadas, se ha observado coincidencia en las cualidades que reconocen los pescadores artesanales respecto del mitílido chorito (Mytilus chilensis) para su uso como carnada en la captura de jaiba marmola. Entre ellas están, por ejemplo, accesibilidad y duración. Tales cualidades son superiores a las que se pueden obtener de otras especies que pudieran ser utilizadas como carnada, como por ejemplo el róbalo. Esta primera etapa contempló, además, la colecta de muestras desde bancos naturales de chorito, explotados por los pescadores artesanales, a fin de caracterizar variables biológicas de los parches de chorito, incluyendo su fauna asociada”.
Cabe señalar, que conocer los cambios en la abundancia de bancos naturales de chorito es del interés por parte del Comité de Manejo de Jaibas y Centollas de la Región de Aysén. Los resultados de esta investigación, que se espera finalicen durante el año 2023, serán sintetizados en un informe técnico que será puesto a disposición de la Dirección Zonal de Pesca perteneciente a la Región de Aysén, y al citado Comité de Manejo.
Adicionalmente, se realizó la instalación de colectores de semilla de Mytilus chilensis en una plataforma flotante, en colaboración con la empresa acuícola Salmones multi-export, con el propósito de obtener individuos juveniles de chorito. Esta especie, junto a Aulacomya atra (cholga), será sometida bajo la influencia de pequeñas corrientes eléctricas durante la ejecución del piloto experimental a partir de febrero del 2023. Los individuos extraídos de los colectores de semilla serán caracterizados y expuestos a diferentes tratamientos de corrientes eléctricas, en una estructura flotante ubicada en un área marina directamente impactada por la actividad acuícola del salmón. Nuestro objetivo fundamental es estudiar los efectos de las microcorrientes eléctricas en las tasas de crecimiento y composición de las conchas y del tejido. Junto a lo anterior, evaluaremos la formación de minerales y su efecto en el asentamiento espontáneo de especies marinas.
Esta iniciativa pretende articular aspectos socio-ecológicos, tecnológicos y de restauración marina que permitirá la transferencia de conocimiento a los tomadores de decisiones sobre el manejo de esta pesquería en la Región de Aysén. Además, dado las potenciales aplicaciones que posee la tecnología Biorock, en maricultura, este estudio tiene la visión de impulsar futuros proyectos en temáticas relacionadas a la bio-remediación y recuperación de ecosistemas degradados por actividades humanas, como la salmonicultura, lo cual se vuelve especialmente relevante hoy, dado la promulgación de la nueva Ley 21.410 (25 enero 2022) que modifica la Ley General de Pesca y Acuicultura, y que exigirá a los titulares de concesiones de acuicultura medidas para evitar o reducir el depósito de desechos inorgánicos y orgánicos.
Este proyecto es financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) a través del programa PATSER (“Ecosystem, climate change and socio-environmental linkages along the continental-ocean continuum. Long-term socio-ecological research in Patagonia”), e impulsada por la colaboración entre diversas instituciones nacionales e internacionales como CIEP, Coral Reef Alliance, INCAR, U. Católica de la Santísima de Concepción, Universidades de Concepción, Aysén, Granada, CEAZA y la empresa salmones multi-export.
